viernes, 19 de diciembre de 2008

Movilidades II

Quererte así, beberte a gotas
Rubi, Babasonicos
Sol de sierra y la cerveza abriendo pesares que no existen más allá de sus burbujas. Alguien, que no es Oriana, Colombina, o la que escribe, se sienta en la silla y presiente burbujas que erizan pelos. Burbujas enfrascadas en frascos que tienen boquillas que se besan con labios que reciben burbujas que se envasan en frascos y con tantos frascos nadie se siente incómodo. Hay un sonido burbujeante de la cerveza que se mezcla con la piel que no quiere ser más. Ella se sienta sin desesperación por moverse, es la desesperación de la silla. Desde que los objetos se desesperan de su quietud, las cosas ya no burbujean como antes o, más bien, las burbujas ya no son objetos móviles sino mensajeros que llevan los deseos de movilidad de cosas quietas.

Tomarse una cerveza es escuchar burbujear la desesperación por la quietud de objetos que ahora se saben inmóviles.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Realidades

Tan sencillo es extrañar la familiaridad en todo. Tanto como cambiar de idea por puro aburrimiento. Lo increíble de jugar con el lenguaje es este movimiento estático que evidencia la existencia de todo. Porque todo existe cuando se nombra, pero existe más cuando cambia de nombre. Pero eso no es una novedad, cualquier lingüista lo explica mejor. Lo increíble de jugar con el lenguaje sin ser lingüista, es saber que el sentido no es sólo sentido sino un puente intimo entre todo y un charlatán.

martes, 9 de diciembre de 2008

Días Opíparos

Cualquier día apocalíptico, de esos míos, en el que los lunares se cambian de lugares y se comen como fresas, los días de la carne. Lunares que son símbolos devorados con la misma fiereza en que se presentan. Cualquier día que devora días que importan. Como quien se come a si mismo, se comienza por los pies y se prosigue hacia arriba. El día se estira en una boca infinita que come a pesar de las imaginerías freudianas, no es que esté insatisfecho, es sólo que es día de la carne. Estirando días hechos de carne se cambian de lugar símbolos y se comen como fresas, ingesta que reescribe puntitos que fueron lunares.
Es vacuo, pero es el día de la carne.