jueves, 8 de marzo de 2012

Tarde de miradas estupefactas ¿cuándo me convertí en una mujer?

Esta es una tarde sosa de un tiempo interminable y de espera, un “mientras tanto” solo interrumpido por millares de felicitaciones fortuitas. Sonrío confundida ¿y mis méritos? lo único que me pesa es un nombre común y yo solo reconozco los nombres propios. Pero este es  un nombre ordinario y  maltrecho, es un nombre gastado, usado para millares de propósitos. 

Hoy es un día de mujeres comunes e inventadas, pero también es el día de muchas otras creaciones de leche, pan y agua. Porque las que se inventan a sí mismas y se nombran han tenido que descomponerse, cortarse y agriarse primero antes de cocerse.