martes, 30 de julio de 2013

La subienda

Qué iba uno a saber que esos dos jóvenes habían salido del agua. Se veían normales, altos, morenos, buscaban trabajo, de haberlo sabido... Nunca más, me oye? no le voy a volver a hacer caso a Leticia, la vecina, es que ella comenzó que "atiéndalos", "lléveles, mire que son dos pobres pelaos que no tienen donde caerse muertos" y es que pensábamos que si llegaban los jóvenes este pueblo no iba a desaparecer con tantos viejos. Pero de pronto se meten al cuarto y literalmente se convierten en un mar de lágrimas. Todo lo han arruinado, los cultivos, los animales se han ahogado, las casas están a medio caer y a unos cuantos se los ha llevado la corriente. Es que yo no entiendo, este era un pueblo humilde, ni si quiera salía en el mapa! Ahora qué? nos toca irnos, echar a andar pal monte.