viernes, 14 de noviembre de 2008

Textos sentidos

Cuando aprendí a escribir quería volverlo todo en letras. Hacía cartas y describía los horrorosos corazones que dibujaba antes de la invención de la escritura. Yo escribía "coma" aunque en cada dictado me advirtieran que "coma" era "," y no "coma", porque había que respirar, pero ¿para qué respirar con tanto que escribir?

Después de muchas letras (y entre paréntesis -que son esas ideas que vienen a mitad de una frase, imposibles de obviar, de ignorar de poner antes o después-), aprendí a usar, a mi antojo claramente, uno que otro signo de puntuación. Naturalmente, para volver a mis textos y entenderlos, no para que alguien más lo hiciera. Aunque eso último, es una ficción, (como todo lo que escribo), porque son muy pocas las veces que releo algo ya escrito y guardado. Los recuerdo de a ratos, los textos, pero no los leo, y si lo hago es por pura casualidad, pensando que son de otros y luego digo... Uhhh, hace mucho pensé algo muy parecido, pues claro boba, responde Cualquiera, eso lo escribió usted.

Cualquiera es un silencio que se extiende entre alguien y yo a causa de un texto. Cualquiera siempre hace que nos sepamos engañados y vinculados por letritas que se posicionan formando palabras a nuestro antojo. Porque leer también tiene su parte de ficción. Sin embargo Cualquiera no es cualquiera, como todo silencio compartido, Cualquiera guarda un sentido. Algo que una vez un cualquiera le dijo a carito, eso de que nosotros ya fuimos, nosotros ya existimos, en pasado, así hablemos, en presente y en futuro, nosotros ya morimos.


Sonrio disfrutando a Cualquiera.

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