lunes, 27 de octubre de 2008

La gente rana.

Hay gritos que se ahogan detrás de las montañas. Hay gritos que se saben inaudibles y se callan.
Hay carnes que se caen como trozos y hay gente que se calla por el arma. Y hay gente que se calla por el alma, y hay sangre que se riega como lagrimas, y hay vidas que se queman como lana, que se borran como tiza, que se usan como ranas.
Y es que a pesar del arma, porque el miedo es un arma, hay gritos que se esconden detrás de las montañas y se callan al saberse inaudibles.
Y hay ranas que croan detrás de las montañas y así el miedo sea un arma y la gente vuele como águila, habrán ranas croando en las faldas de las montañas.
Y yo no sé por qué las ranas son ranas.

No, no.

Hay gente que pierde el nombre detrás de las montañas. Hay gente como cualquiera que siendo gente se vuelve rana. Hay gente que guarda gente y la convierte en rana. Hay ranas que no gritan porque se saben ranas. Y eso tan doloroso. Que yo no sé si volar como un aguila, porque igual la gente rana estará detrás de la montaña.

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